Manuel González se paró encima de la tarima que los mineros habían construido, miró a la cámara, abrió los brazos y saludó como un artista que se despide de su público. Y en cierto modo fue así. Este hombre de 46 años fue el primer rescatista en bajar a la mina (el martes a las 23.19) y el último en abandonarla (hoy a las 0.32, o sea 25,13 horas después de haber ingresado). Subió a la cápsula "Fénix II" y se convirtió en su último pasajero. La misión que le habían encomendado, la más importante de su vida, estaba cumplida.

En la superficie lo esperaban el presidente chileno, Sebastián Piñera, y gran parte del equipo de hombres y mujeres que habían trabajado para rescatar a los mineros y a los cuales él había representado a casi 700 metros de profundidad.

A las 0.32 la cápsula emergió a la noche de Atacama y la emoción fue total. "¿Qué sintió esos últimos minutos allá abajo?", le preguntó el presidente. "Ojalá que nunca más pase lo que pasó. Ojalá que la minería chilena sea diferente", le respondió el hombre más valiente.

"Manolo", tal como lo llamó Piñera, es un ex futbolista que en la década del 80 jugó en el club O?Higgins. Pero después aplicó su excelente estado físico al trabajo en las minas. Desde hace 20 años se desempeña como experto en fortificación minera y perforación vertical y desde hace 12 es rescatista. Fue el héroe de la hazaña, el hombre que todo el mundo sueña ser al menos un día en la vida.